Diario El pueblo

 

OCTUBRE, UN POEMARIO INCITANTE

 

Por Raúl Mello

Cada vez que alguien se asoma al mundo de la poesía con su soledad desbordada buscando el destello de una palabra o el alumbramiento de una imagen crece y vivifica el más intenso y desvalidode los géneros literarios. Autor y lector participan de esa aventura estética, creadora y entonces, comulgan una misma sed y un mismo latido. Es el milagro de la poesía.

Henos aquí frente a Octubre (Edic. Banda Oriental 1994), un hondo y exuberante poemario de Leonardo Garet, que luego de su augural Palabra sobre palabra (1993) vuelve ahora enriqueciendo sus pasos y abriendo a todos los vientos cardinales su abanico. Octubre conlleva- además de la homónima- varias secciones: Diálogos, Caja de letras, El oficio de mirar mañana, Diario de viaje, La poesía, los gatos y la lluvia se dan la mano. Entre paredes altas. Sabemos que la poesía de Garet no es convencional, ni encasillable, ni previsible. Sí en su Desamor 3 (p.p 93) él había escrito " o hay canción más triste/ que la de una cara/ que ya nos sorprende", nos gustaría parafrasear: no hay poema más triste, que el de unos versos, que ya no sorprenden. Esta poesía variopinta une a una madura visión de mundo un repertorio de las más osadas y pos avanzadas técnicas. Su referente cultural es profuso, y siguiendo a Huidobro podría leerse: "Odio el cliché, los subterráneos de museo, los fósiles literarios..."

Octubre le fue propicio. Le dejó en las manos una viña de versos. Por eso, "Excusa y desamor no existen en Octubre".

Octubre es el tiempo paradisíaco "que vale la vida", que descarta rostros inqueridos, que aventa el olvido, e inventa palabras. Es también el instante genésico "que viene ensemillado", comunica alegría erótica a los cuerpos: "las manos que se llenan de tu cuerpo... el tiempo que toma la forma de tu cuerpo", enciende el vuelo de los pájaros: "no hay descanso de pájaro en el último árbol", y hace del idioma "una gracia recién nacida".

Pero verso y reverso - Octubre se clausura con un elegíaco Final de abrazo, y Enfrentamientos, un poema que concita desencuentros.

Las otras secciones (su cintura dialéctica y poética es florentina) insistirán en la visión agridulce del mundo, el sentido del sinsentido, la noción paradojal de las cosas, el amor y el desamor, lo mediato y lo inmediato, lo cotidiano y lo trascendente. Todo expuesto con ingenio, que es la afable travesura del intelecto. Juegos y fusiones de tiempos. Oficio del recuerdo. Escarceos metafísicos. Flagrantes interrogaciones. Técnicas desplegadas con envidiable destreza, y que jerarquizan al tiempo como la gran vivencia integradora de este libro.

Algunas composiciones apuntan a una prosa sojuzgada por la rienda poética, donde la sintaxis no es regular, ni consabida, sino rica en yuxtaposiciones, sorpresas y sobresaltos poéticos. Pero no hay en este grácil poemario intelectualismos, o gimnasia cerebral, sino que en él las imágenes son siempre frescas (como los frutos de octubre), y una trémula savia lo palpita. Un libro de poesía es un objeto mágico. La poesía no es un adorno vacuo. Es el oficio de interpretar en la palabra poética el discurso confuso del mundo. La única manera de desarrollar el buen gusto literario es crear o leer (recrear) poesía. Leonardo Garet con Octubre hace una ostensible contribución al culto de ese género, qua va, pues, de corazón a corazón. Su poemario está lleno de incitaciones, espesura de sentidos y conquistas verbales.

 

El Pueblo, Salto, 5 de enero 1995

 

Raúl Mello, Artigas, Artigas (1945-2004). Poeta, profesor. Publicó Contigo poesía (1990) y San Eugenio del Cuareim. (2002).

       
 

 

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