Diario El Pueblo

CONVERSACIÓN CON BIOY CASARES

 

POR LEONARDO GARET

Esta entrevista fue publicada en EL PUEBLO el 30 de mayo de mayo de 1992, aunque efectuada dos años antes, con motivo de la visita de Bioy a Salto, como queda aclarado al principio de la nota. La reedición cobra vigencia ante la reciente muerte del consagrado escritor.

 

Ocurrió en la Estación de Ferrocarril vieja, y hace ya un par de años. Fue cuando Bioy Casares estuvo en Salto en ocasión de a conmemorarse los cincuenta años de Tlon, Uqbar, Orbis Tertius, invitado por el "Centro Cultural Internacional de Salto". Por esos días se respiró Borges y Bioy, y esta entrevista se quedó traspapelada. Bioy volvió al Uruguay y reiteró su deseo de vivir en nuestro país. De eso hace pocos días, n tantos coma el reencuentro con esta entrevista.

¿Qué es lo último que ha escrito Bioy?

- Una autobiografía. Terminé la primera parte que llega a 1954, año de "El sueño de los héroes".

-¿Es más difícil ser el personaje?

- No sé si el personaje. He escrito demasiados libros y me desdoblo en ellos. Estoy terminando una novela que se llama "El campeón desparejo". Y estoy escribiendo cuentos.

 

TODO TLON ES COMPLETAMENTE INVENCIÓN

- Existió por lo menos la voluntad de escribir una novela juntos, ¿cómo lo comienza diciendo Borges en el cuento?

- Es todo, absolutamente todo invención de Borges. Lo único cierto son las reuniones, las cenas. Creo que nunca habló de escribir una novela. Y creo que se equivocaba porque le hubiera gustado, si bien la novela es muy dura, sobre todo para escritores muy lentos como yo, como Borges, aunque el era menos lento que yo.

- ¿A qué se refiere concretamente cuando dice lento?

-Yo vacilo continuamente, entonces escribo una primera frase y la vuelvo a escribir y después tiro una línea para abajo y sigo.

- ¿Volvemos a la novela?

- Sí, el placer de la novela es distinto al placer del cuento para el escritor. Creo que cuando uno está al final de la novela y ese mundito de la novela tiene un poco de realidad para uno, es muy, muy grato. Y eso Borges no lo pudo sentir y lamento por él.

- Es extraño porque Borges valoraba la epopeya y por ahí podría haber llegado su novela.

¿Cuáles son sus últimas novelas Bioy?

- Tengo por lo menos dos. "El campeón desparejo", que es de poca importancia, está cerca de la Ciencia - Ficción y salvada de eso, creo que con un tono un poco tranquilo, de conversaciones y de mates. Después tengo otra que se llamará "Irse", o "El fondo del campo", en que he pensado muchas veces, y que precisamente porque es un tema bastante bueno y es un poco ambicioso, siempre la postergo. Pero tengo a esas dos y quisiera vivir para dejarlas a las dos hechas.

- En forma continua sigue con el cuento.

- Tengo varios cuentos en la cabeza. Pero he descubierto con los años el placer de leer a los autores que le hablan a uno directamente y no a través de personajes y eso me lleva a querer escribir textos un poco autobiográficos, ensayos también, porque me parece que siempre es como una especie de rodeo que se hace a través de los personajes. Yo muchas veces atribuyo a mis personajes gustos que no son los míos, a veces que son contrarios a mí. Me ha pasado de entrar a un hotel y el músico del hotel porque me tenía simpatía tocaba "Té para dos", porque yo lo ponía en "La invención de Morel", y yo lo ponía un poco humorísticamente, porque me parecía una música tan machacona que para la eternidad se hubiera vuelto una pesadilla. Pienso que a veces uno agradece la voz del autor y que me gustaría que la mía fuera digna, y no se si podrá hacerlo porque me he pasado la vida contando historias. Empecé a los once años...

-¿Hay algún procedimiento más o menos constante en su creación?

- Se me ocurre una idea de algo, que creo que va a ser una idea filosófica, por ejemplo, y un rato después es un cuento.

- Usted dijo alguna vez que nunca sintió el pavor de la paágina en blanco.

- Nunca me faltaron temas. Lo que a veces me faltó es la frase buena para empezar el tema, quiero decir no ornamental, sino una frase que lleve agradablemente a ese entorno. Y eso si me da trabajo: escribir de un modo claro, transparente, no presuntuoso, no molesto.

- ¿Y siempre concibe al texto globalmente? ¿El final está contenido en la primera línea?

- Sí, yo invento la historia primero y después la escribo. Por ejemplo, "Historia desaforada". Un día pensé en una definición de la inteligencia que da Bergson que siempre la llevo conmigo: "La inteligencia es el arte de solucionar situaciones difíciles". Entré un poco más y pensé: .Es encontrar una salida a situaciones que no tienen salida". Entonces pensé que situación no tiene salida. La vejez, me respondí. La salida de la muerte no me gustaba y entonces quería encontrar otra. ¿Dónde estaba la salida?

- En un organismo que esta creciendo. Mientras el organismo crece no hay vejez, cuando deja de crecer empieza la vejez. Entonces se encuentra una hormona, se aplica a un individuo, y en el cuento ese individuo rejuvenece pero se convierte en un gigante.

- El saber de un escritor no es solo de hechos acaecidos, es el saber de prever, porque eso que me cuenta es posible.

- Tuve el placer de oír que en Estados Unidos se había descubierto una hormona que detenía el envejecimiento. Yo, un pobre macaneador, había pensado en lo mismo, pero no puedo decir que me adelanté a la ciencia porque no sé cuando empezaron ellos. Yo el cuento lo escribí en junio del 86. Sé el mes porque una persona que esta escribiendo mi biografía, apunta cualquier pavada que yo le cuento. A lo mejor los americanos hace veinte años que están en eso.

- Hablando de participaciones, "La invención de Morel" es anterior a "Barrio pasado en Mariembad". ¿Cómo son sus relaciones con el cine?

- Sabe, "La invención de Morel" se ha convertido en una trampa para cineastas, porque casi no se puede hacer en el cine eso. Y todos los cineastas creen que van a poder y no pueden. Yo pensé que son muy distintos a mí, yo cuando tengo un proyecto no siento más que las dificultades, ellos están tan seguros de su talento y dicen que van a hacer una maravilla y después hacen algo que no es una maravilla. Pero en todo caso es un arte lindísimo el del cine también.

Un italiano que hizo "La invención de Morel", persona simpatiquísima, muy inteligente, hizo una "Invención de Morel" terriblemente tediosa.

-¿Cómo lo explica Bioy?

- Porque un personaje que está durante 40 minutos mirando con sorpresa y recelo tiene cara de idiota, porque el recelo y la sorpresa tienen ese rostro, entonces usted lo aborrece. Además el suspenso del cine y del teatro no es el mismo que el de la literatura. En la literatura el lector participa y se divierte proponiendo hipótesis que pueden salir verdaderas o no; en cambio en el cine o en el teatro estamos como subyagados y entonces se necesita que el suspenso está dirigido, por ejemplo, que uno tema que vayan a matar a una persona y entonces empiezan a matar personas, y que uno se pregunte quien las mata y al final se averigua.

- Eso es un bueno suspenso para teatro y cine.

- La palabra suspenso me recuerda cuando usted y Borges dirigieron la colección "El séptimo círculo".

-Si, en Emecé y hasta el 54. En el 54 uno de los Brown Menéndez me dijo que esto va muy bien, pero que los escritores no deben de ganar tanta plata. Quiero contarles una anécdota de "La invención de Morel". El suspenso de "La invención de Morel", no es como el del teatro y el cine, porque el espectador ve nada más que cosas raras y cuando llega la explicación ya no quiere ni oírla, está enojado. Yo vi "La invención de Morel" es una adaptación para la televisión francesa, en un hotelito de París, con el dueño, la dueña, el hijo y la hija, y en un momento hubo un corte de luz, y se sintió eso, en el auditorio, esas cuatro personas y yo, sentimos el corte de luz como un alivio. Y la farmacéutica de enfrente que estaba muy contenta porque me había reconocido como el de la entrevista del día anterior, al día siguiente de la película no pudo ocultar su desilusión. Pero tenía algo bueno, un blue de Amstrong, anterior al año 30 que era lindísimo.

 

EL PUEBLO – Salto, sábado 13 de marzo de 1999.

       
 

 

Dirección para
contactarse con esta
página:

leogaret2017@gmail.com