Por Mary Beatriz Volpi Heguaburo.
Cuando comenzamos a estudiar sobre el arte musical nos enseñan siete sonidos, vibraciones con nombres que debemos escribir en el papel, adentro, abajo y arriba de un pentagrama, punto de partida para llegar a comprender lo que grandes maestros, a través de la historia, fueron descubriendo, creando y dejando en teorías sus investigaciones sobre el arte musical.Gracias a las múltiples inteligencias que tiene el ser humano se destaca una habilidad que no todos tienen, la de poseer un oído relativo, motivo de felicidad para aquella persona que eligió ser músico, porque esta cualidad nos permite identificar con mayor facilidad los intervalos musicales, las frecuencias de los sonidos, los tonos, escalas, modos. Jaurés Lamarque Pons era privilegiado por poseer esta cualidad, lo demostró desde niño con su especial inclinación hacia la música.
El día 6 de Mayo de 1917 nació Jaurés en la ciudad de Salto R.O.U. A los 8 años de edad, su madre lo llevó a aprender la técnica del violín con el Mtro. Monetti y piano con la prof. María Victoria Varela. A la vez que estudiaba la nomenclatura musical, la melodía y el ritmo, su oído desarrollaba el buen gusto por la música popular de su entorno, como el vals, el tango. La familia de Jaurés se mudó a Montevideo y allí con 17 años de edad, continuó sus estudios con el maestro Kolischer.
A los 22 años, tomó una decisión importante en su vida, fue que, para poder costear los estudios comenzó a recorrer los centros nocturnos de la “ciudad vieja”. Interpretó en el piano música de boleros y canciones románticas en el café “Montevideo” del cual su padre era dueño. En el cabaret “Capitol Dancing” ejecutó música de jazz y llegó así hasta el varieté. Integró también la orquesta típica de Luis Caruso que se presentaba en el “Café Tabarís”. En el restaurant ”Bungalow Suizo” realizó acompañamientos musicales a artistas como Lolita Torres, Sofía Bozán, Hugo del Carril entre otros cantantes de tangos, milongas y valses. Se presentó además, en programas de radio y televisión donde interpretó la música que los oyentes en el momento le pedían. Ello realza aún más su figura de extraordinario músico. Esta experiencia enriqueció su conocimiento y memoria musical sobre temas populares. De ésta manera trabajó y a la vez, estudió composición con el maestro Guido Santórsola, Tomás Mujica y Casal Chapí.
Mientras desarrollaba conocimientos entre la tónica, la dominante y la sensible y entre cadencias perfectas, imperfectas y rotas, iban naciendo sus ideas musicales, fusionando lo “culto” con el “dos por cuatro” del tango, con la milonga, el candombe. Recogió el ritmo percutido sobre lonjas de tres tamboriles (chico, repique y piano) y lo adaptó al teclado del piano.
Jaurés disfrutaba de la música nacional uruguaya, creció con ella, era parte de ella, tenía en su memoria el ritmo de las figuras sincopadas del folklore urbano. También poseía la sólida formación como compositor, es así que desde la música popular del cabaret hasta la Barroca, los Minuets e Invenciones de J.S. Bach y la etnomusicología del húngaro contemporáneo Bèla Bartock, crea una
estructura única y personal, con claridad de exposición y equilibrio. Su obra no realiza una imitación ni recoge formas elaboradas sino que trabaja con un proceso de abstracción, de estilización y decantamiento, con giros melódicos, rítmicos y disonancias propias. A esta forma se le llama “tropos expresivos, estéticos”, que definen la identidad cultural del compositor.
En la primera etapa del Nacionalismo uruguayo se destacan músicos como Eduardo Fabini con sus creaciones de formas musicales clásicas, tonalidades y melodías evocando sonidos de ambientes del campo uruguayo, Alfonso Brocqua, Luis Cluzeau Mortet, compositores de” vertiente folklórica rural” entre otros.
Jaurés Lamarque Pons pertenece a la segunda etapa del Nacionalismo uruguayo de “vertiente del folklore urbano”.
Al oír el tema Tango de la ópera “Marta Gruni “podemos descubrir el ritmo de un tango tan vanguardista como propio de su estilo. Comienza en compás tético, en tono menor, con el tema de carácter íntimo, muy expresivo, de modulación continua que enriquece la melodía. Creando matices que van desde el piano, de sensación melancólica, hasta cerca del final, donde llega al climax de carácter dramático, para concluir en la cadencia perfecta típica del tango.
Es todo un desafío, donde denota un trabajo excepcional tanto de composición como de investigación.
También entre sus obras se encuentra la “Milonga Suite Rioplatense”, composición que comienza con un ataque de acorde forte de tónica, seguido de un inciso stacatto en la introducción para dar entrada al tema. Se reconoce el ritmo de carácter vivo de la milonga ciudadana con un importante juego de semicorcheas, sobre un motivo popular que va creciendo con mucha densidad cromática y polifónica, hasta fusionarse con el sincopado del candombe. Se desarrolla con una variación disonante del tema, con el sonido de novena del acorde de tónica y culmina con una fuerte cadencia perfecta propia del carácter de milonga.*
En “La suite del ballet según Figari” (en su estreno tocó la orquesta OSSODRE dirigida por el Mtro. Guido Santórsola, conjuntamente con tres morenos tamborileros) es de destacar que en la última danza de este ballet, Jaurés reemplaza al pianista de la orquesta, porque los tamborileros estaban acostumbrados a seguir su “toque personal” del candombe.
El planteamiento sobre la fusión de su creatividad fue ejemplo para que otros compositores o artistas amantes de la música, realizaran sus propias composiciones tomando como base una rica armonía musical fusionada con lo nacional folklórico. Podemos citar a algunos de ellos: Osiris Rodríguez Castillos, Abel Carlevaro, Agustín Carlevaro, Daniel Viglietti, Alfredo Zitarroza, Los Olimareños, Aníbal Sampayo, El Sabalero, Ruben Rada, Eduardo Mateo, Jaime Roos, Jorge Drexler y muchos más.
Su música fue hecha para ser oída y para ser danzada.
Nos resta decir que el hecho de que tan reconocido músico haya nacido en Salto, nos llena de orgullo.
Su fecha de desaparición física fue el 11 de Julio de 1982, en Montevideo.
Obras para piano
• Aires de milonga (1943).
• Pequeña suite de danzas (1949).
• Tema y variaciones (1950).
• Dos invenciones (1950).
• Tres Fugas (1950).
• Fantasía (1950).
• Rondó (1952).
• Sonata N°1 (1952).
• Sonata N°2 (1953).
• Rítmica de tango (1965).
• Las siete notas de la escala (1976).
• Siete temas de tango (1979).
Obras de cámara
• Cinco poemas (1944).
• Tres piezas para violín (1949).
• Pequeña suite circense (1956).
• Dos piezas rioplatenses (1960).
• Dos motivos populares (1961).
• Danza a la manera popular (1962).
• Pieza para trío de cañas (1962).
• Cuatro humoradas para piano y percusión (1972).
• Rapsodia bárbara (1973).
• Pieza para cuarteto de metales, piano y percusión (1976).
• La ciudad gris (1976).
• Montevideanos (1976)
• Pequeña suite montevideana (1977).
• Sonatina para guitarra (1980).
• Trío para clarinete, violín y violoncello (1981).
• Pieza para violoncello y piano (1981).
• Tema de tango para violoncello (1982).
• Homenaje a Alfredo de Simone (1982).
Obras orquestales
• Tres danzas pintorescas (1947).
• Tres Fugas (1951).
• Tríptico montevideano (1956).
• Concierto para piano, cuerdas y percusión (1959).
• Tres canciones populares (1963).
• Concertino de otoño (1973).
• Concertino de verano (1975).
• Concertino de invierno (1976).
• Concertino de primavera (1980).
Música para ballet
• Sortilegio (1951).
• Suite de ballet según Figari (1952).
• Suite rioplatense (1954).
• El encargado (1956).
• Un tal sombrero (1963).
• Contraritmo (1965).
Música escénica
• Marta Gruni, ópera en dos actos sobre el drama homónimo de Florencio Sánchez estrenada en 1967.
Música para cine
• Un vintén p'al judas (Dir. Ugo Ulive, 1959).
• El niño de los lentes verdes (Dir. Másntaras y Hintz, 1961).
• La raya amarilla (Dir. Carlos Maggi, 1962).
Música para teatro
• Un enredo y un marqués (Dir. Antonio Larreta, 1963) entre otras numerosas obras.
Otras obras
• Himno a Salto (letra de Julio Garet Mas).
• Marcha del Club Atlético Chaná de Salto (letra de Francisco Soto)
• Loreley (letra del autor, 1933).
• Calle (letra del autor, 1933).
• Don Joven Tango (letra de Eduardo Rivero, 1978),entre otras numerosas obras populares y transcripciones de obras propias.
Libros
• El varieté y yo (1978)
• Yo pianista de varietté
• El tango nuestro de cada día (póstumo, 1986, 2ª edición ampliada en 1999, compilación, prólogo y notas de Enrique Merello-Guilleminot.)
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