LA CASA DEL JUGLAR, de Leonardo Garet.
Se trata de una colección de relatos ambientados en el interior, algunos en pleno campo y otros en centros urbanos. Todos tienen en común a los sectores más modestos de la población, incluso marginados. El hecho central, por lo general sorprendente o extraño, es contado con absoluta naturalidad por el narrador; es decir, el carácter de extraño no se anticipa, ni se celebra, sencillamente se refiere.
En "Trato hecho", la acción transcurre en "el único boliche del pueblo que tenía estufa a leña"; el protagonista, solitario cliente esa noche, escucha frente al fuego el diálogo que ocurre a su espalda entre el dueño y la "Princesa" - una mujer "de cuerpo lleno y duro que uno siempre quiere un día como éstos". El bolichero no acepta que la mujer trabaje con él, a cambio de tener de vez en cuando "sus asuntos ".
"(...) Yo seguía solo frente al fuego. Es bravo vivir solo. Y entonces pensé en el trato. Le di vueltas y vueltas. Llamé fuerte para pagar y estar pronto. Cuando ella salió diciendo 'hasta nunca', la seguí, la corrí casi y le dije:
-Hace de cuenta que todo lo que le dijiste al bolichero me lo dijiste a mí y yo acepto.
(...) -Vení -me dijo al fin- invito yo. Pero en un boliche donde no me conozcan ".
La reticencia del final en cuanto al alcance de la invitación, deja un margen de ambigüedad para que el receptor lo cargue de sentido en el acto de la lectura.
La primera línea de "Corbalán" informa: "Corbalán Fagúndez se había comprado
una mujer por 300 pesos", y curiosamente la discusión que sigue entre el propio Fagúndez y un conocido, no se refiere al hecho en sí, sino a la conveniencia del precio. Todo va bien por unos días, durante los cuales la nueva condición de Corbalán, es celebrada con entusiasmo en la taberna, cuando éste descubre que la mujer está embarazada. Abrumado por lo que considera un pésimo negocio piensa venderla por 150, hasta que recibe el sabio consejo de un conocido: "Aguante Corbalán, son unos meses. Y después los vende por separado ".
El cuento se arma con la mayor economía de elementos: comienza con el simple enunciado del hecho central, la compra. No hay presentaciones ni comentarios. Lo mismo pasa en el final. Como en el mejor humor, se deja que la frase inesperada - "venderlos por separado"- haga por sí sola impacto en el lector. La anécdota y el diálogo son los elementos dominantes del texto. Horacio Quiroga hubiera aprobado esta construcción.
Otros relatos refieren pasiones y tragedias. Los hay incluso muy diferenciados que recuerdan el estilo de los mitos precolombinos de las cosechas y los ciclos de la naturaleza. Este rasgo ya se había manifestado en otro volumen de relatos de Garet, Los hombres del fuego (1993) y fue señalado por su prologuista, Rodríguez Barilari. Como en tantos libros de cuentos, no todos están logrados por igual, pero vale la pena recorrer el conjunto en busca de algunas visiones del interior, que destacan por la intensidad de su lenguaje.
ROMULO COSSE
El País Cultural, núm. 388.
Rómulo Cosse, Minas (1938), investigador, docente. Profesor en el Instituto de Filosofía Ciencias y Letras, profesor en la Universidad Autónoma de Chiapas, en la Universidad Veracruzana, y en Seattle. Director del Departamento de Investigaciones Literarias de la Biblioteca Nacional. Algunos títulos: El Siglo de Oro: Sociedad, Pensamiento, Literatura. El teatro (1977), Crítica Latinoamericana, Propuestas ejercicios (1982), Ficción Literaria (1989).